martes, 28 de septiembre de 2010

A 30 AÑOS DE LA MUERTE DEL MEJOR BATERISTA DE TODOS LOS TIEMPOS




El 25 de septiembre, pero de 1980, falleció el mejor baterísta de rock de todos los tiempos, el que desde atrás empujaba a esa locomotora de fuerza bruta llamada Led Zeppelin. John Bonham se bebió hasta 30 vasos de vodka en unas diez horas, lo que le provocó un vómito que acabó ahogándole. Todo ocurrió en la mansión que tenía el guitarrista de los Zeppelin, Jimmy Page, en Clever, y que había pertenecido al misterioso ocultista Aleister Crowley.

Para hacerse una idea de la importancia de Bonham, sirvan estas palabras de su compañero Jimmy Page: “Robert Plant me recomendó a John Bonham. Su sonido de batería estaba más allá de cualquier límite
que yo pudiese imaginar. De hecho, mi principal reticencia en cuanto al sonido que debía tener Led Zeppelin quedó aclarada en cuanto le vi tocar. Los baterías con los que había trabajado en sesiones sonaban como si golpearan una caja de cartón, debido a que estaban encerrados en pequeñas peceras de grabación que les chupaban el sonido. Una batería debe respirar. Y Bonham sabía cómo hacerlo, sabía cómo afinarla. Para mí la batería debe ser la columna vertebral del grupo. Todo lo demás tiene que basarse en ella. Y Bonham era esa columna vertebral”.

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