Un niño negro contemplaba extasiado al vendedor de globos en la feria, el cual era, evidentemente, un excelente vendedor: en un determinado momento, soltó un globo rojo, que se elevó por los aires, atrayendo a una multitud de posibles jóvenes clientes.
Luego soltó un globo azul, después uno amarillo, a continuación un globo blanco. Todos ellos remontaron el vuelo hacia el cielo hasta que desaparecieron. El niño negro, sin embargo, no dejaba de mirar un globo negro que el vendedor no soltaba en ningún momento.
Finalmente, le preguntó : "Señor, si soltara usted el globo negro, ¿subiría tan alto como los demás?"
El vendedor sonrió comprensivamente al niño, soltó el cordel con que tenía sujeto el globo negro, y mientras éste se elevaba hacia lo alto, dijo: "No es el color lo que lo hace subir, hijo. Es lo que hay dentro."
Solo hacia allí debemos mirar, porque allí reside la esencia de cada persona. El respeto a las diferencias y a la diversidad son valores centrales en nuestro pueblo, que nos recuerdan permanentemente que D´s creo un solo hombre y una sola mujer y todos descendemos de la misma pareja. Todos tenemos el derecho de ser iguales y la posibilidad de ser diferentes.
Si queremos elevarnos en nuestra existencia, debemos trabajar con nuestro espíritu y alimentar nuestro alma, ya que solo ellos lo harán posible.
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